Buscaba una voz
y en el cielo... llamándome
encontré la tuya
de plata.
Sentí tu encanto en mis ojos
en mi corazón... tu soledad.
Y no eras cualquier luna de Agosto
eras La Luna
inocente luz, abrigándome el alma
desplazándote lentamente, mirándome
ocultándote entre nubes
esperando que te siga.
Y no quise perderte y no te perdí.
A tiempo pude girar el adiós enlutado
y atraparte entre mi esperanza y mi ilusión
cuando nueva naciste, alineada
con el centro de mi universo.
ChicoMalo
06-12-2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Antes del 21 de agosto...es tan hermosa esta poesìa,siempre es lindo leerte y releerte poeta...gracias por darme la oportunidad...mucho demasiado lo disfruto.
ResponderEliminar