Y al fin lograste tocarme
cómo hiciste... no lo sé
no fueron manos, ni apenas besos
pero la mañana quedó corta
cuando tú, extensa, llegaste.
No puedo negar mi sorpresa
fui sacudido y removido de mi cueva
llevado a la rastra de los pelos
clavado en tu tierra.
Igual demonicé al aire para disimular
porque mis pies colgaban de la silla
y me bebí tu perseverancia in contenida
tal vez feliz, feliz y sorprendido, perplejo
pero de mí, inocentemente de mí.
Tantos pertrechos preparados
y ante ti, quedaron boqueando
mirándome con sus caras de juguetes obsoletos
mientras mi ojos se tumbaban huidos
poco recios, poco ojos
y deslumbrados
por el puñal con el que rasgaste el día.
No sé como pudiste
hacer de todo, la caricia que alejó mi suelo
flotar sin haberlo pensado me disparó
y es cierto que ahora quiero caer más arriba
superando la tierna explosión de pólvora honesta
aceptando que se me incrusten en el corazón
esquirlas, sociables, entrañables
junto a tu irrefrenable necesidad
de acercarte.
ChicoMalo
07-01-2009
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