sábado, 29 de agosto de 2009

FORASTERO

Inalcanzables parecían
pero no lo fueron
y una vez más
arribé al reino por primera vez.

Nacían todas para recibirme
enormes
pariendo hijas que parían hijas por doquier.

Menudas inocentes, enamoradas
se atrevieron a acompañar mis dos o tres pasos
luego a su muerte marcharon
y llegaron otras, sonrientes
tranquilas, cargadas de ofrendas
estelas de sueños
que dejaron jugando a mis pies.

Olas grandes, olas pequeñas... olas
sonrisas de la tarde que no se detuvo
y como no las comprendí
volvieron algunas, a contarme sus secretos
montándome en los ojos, el rostro
de lejano horizonte.

Se deslizaron dentro de mí
y allí se quedaron
a salvo de su destino
no derrotadas, si felices
diciéndome esas cosas sencillas
que no supe que significaban
pero que, me volvieron más como él
lleno de olas.




Chicomalo
06-01-2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario